Es curioso como la tecnología nos acerca a los que están lejos y nos aleja de los que están cerca.
En muchos hogares los padres desconocen las situaciones más difíciles y complicadas de los hij@s, y los hij@s igual. Mientras que en algún rincón del planeta hay alguien que si lo sabe todo. Aunque no es nada nuestro, bueno lo consideramos un amig@ virtual. Nuestro mejor amigo virtual. Y para nuestros amig@s reales somos unos desconocidos.
Parecemos autómatas, zombis, vamos por la calle con indiferencia única. Cada quien lleva su móvil, mp3, mp4 a todo volumen, como si no quisiéramos saber del mundo real y menos del que está a nuestro lado..
Si nos paramos a mirar podemos observar la indiferencia y el anonimato al que hemos llegado. Nada ni nadie nos interesa. En el autobús ni saludamos.
Deberíamos leernos un libro titulado “Por quien doblan las campanas”. Allí se dice “… No preguntes por quien doblan las campanas. Doblan por ti y por mi. La muerte de cada ser humano me disminuye. Pues también yo estoy ligado a la humanidad….”
No solo somos indiferentes y anónimos, también somos indolentes. No nos duele la injusticia. El abuso. Vemos que roban a alguien y no hacemos nada. Somos testigos mudos del delito. Por eso la delincuencia y la maldad ha crecido.
La violencia, la maldad, la inseguridad ha aumentado no por falta de gobierno, ni de autoridad, sino falta de solidaridad. Por que no conocemos a los que nos rodean, ni nos interesamos por ayudarlos o al menos saludarlos.
Sal de tu coraza. Saluda. Conoce. Ayuda. Deja la indiferencia. Reconoce que el que está a tu lado es tú prójimo. Tu hermano. Tu amigo.
Vivimos ligados a la humanidad. Somos habitantes del mundo. Habla. Comparte. Ama. Se solidario. Sonríe y ayuda a sonreír.
¡Feliz día!!!!!
